Si bien era el encargado de despachar el combustible y llevar la contabilidad de estos (o dibujarla mejor dicho) teniendo que concurrir hasta los findes a cargar ambulancia, operativos y eventualmente algún tanque y hasta la custodia del desacertado Galtieri (en ese momento comandante de Instituto) tenia algunos privilegios como no tener horario, no formar, ir de civil y hasta darme el gusto de tocar junto a mi querido amigo y musico extraordinario Horacio Burgos (recomiendo escucharlo https://youtu.be/_9-1ddo6-dY ) de quien aprendí muchísimo y al tiempo comenzar a tocar el bajo (el solo suena por varias guitarras). Además de las escapadas junto a mi amigo eterno Eduardo Gallo Campos a tocar a la sala que tenia en casa disfrazados de oficiales con el apoyo de nuestros jefes lo que durante la guerra nos costo la revancha de quienes no le gustaba que tuviéramos tales privilegios.
A pesar de que en una ocasión un suboficial no tuvo la mejor idea que aplicarme un golpe que era parte de la instrucción para dejar fuera de combate a un enemigo (durante una trifulca) me fisuro un tímpano lo cual con el tiempo me hizo perder la audición de agudos en un oído que no fue obstáculo para que pudiera tocar ,grabar y mezclar música o al menos eso creo.
Como corolario me falto decir que el sueldo que teníamos como soldaditos jamás lo cobramos ,siempre figuraba que ya lo habíamos cobrado (eran dos mangos igual) y jamás cobramos ninguna pensión por haber sido soldados durante la guerra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario